Derecho a la MUERTE DIGNA

18.03.2011 11:09

copia fiel de: https://crisolplural.com/2008/07/05/derecho-a-vivir-bien-y-%C2%BFpor-que-no-derecho-a-morir-bien/ 

 

 

Derecho a la MUERTE DIGNA

Quienes consideran que el ser humano no puede otorgar su consentimiento para que sea privado de la vida en aquellos casos en que la ciencia médica ya no puede hacer nada por salvarla, aún defienden las ideas de las Monarquías, en las cuales se consideraba que los derechos de los seres humanos eran “una concesión graciosa del Estado”, quien decidía que derechos podían tener los súbditos.

Los derechos humanos, basados en la dignidad del ser, son construcciones humanas, han ido creándose a través de la evolución social; por ello, no podemos decir que el Hombre de Cromañón tenía el derecho humano de la vivienda digna, o el derecho humano de la no intervención de sus comunicaciones privadas; sino que los derechos se van construyendo, pero no para efectos de que la autoridad o el Estado los otorgue, sino con la finalidad de que éstos los reconozcan, cumplan con un deber de respeto y garanticen su protección y desarrollo.

En este sentido, el ser humano tiene derecho a enfrentar a la muerte con la misma dignidad con la que debe vivir; y si con esa decisión no afecta a nadie, el Estado o la autoridad no tiene ningún derecho o justificación para limitarle el ejercicio de esa facultad; puesto que las conductas humanas se limitan cuando afecten a los demás integrantes de la colectividad, y a nivel Constitucional o Internacional, no encontramos limitantes al derecho a una muerte digna.

Por lo anterior, cuando la vida ha dejado de tener las condiciones mínimas adecuadas y suficientes para considerarse como una vida digna, es necesario considerar la posibilidad de que sea la propia persona, el médico tratante, o quien sea responsable del paciente, en los casos en que no pueda expresar su voluntad, quien determine su conclusión en razón de su estado de salud, mismo que trasgrede su propia estabilidad psíquico-emocional a grados por demás insoportables, en aquellos casos en que la terapia es una simple prolongación de una vida en condiciones deplorables.